
Desde la hondonada 1, cartas a François Mujica (1965-1999). En una de las últimas misivas que Alfredo Bryce Echenique le escribe a su amigo François Mujica resume gran parte de su condición como hombre y a la vez como escritor: “Ahora volver al mercado, a cocinar solo y a lavar platos me abruma y me da una idea de lo harto que estoy de esta vida que nunca es del todo errante, pero tampoco del todo sedentaria, y de la intolerable soledad” (p.337).
Como lector de Bryce Echenique confieso haber siempre buscado pistas de los personajes femeninos, y de los ambientes literarios en la realidad. Hacer mi propia cartografía bryceana presencial (Lima) y digital (París), además una especie de álbum fotográfico de sus protagonistas. Por ejemplo el Country Club y el barrio Marconi descritos en No me esperen en abril o la Placita de la Contrescarpe en La vida exagerada de Martín Romaña, por solo citar un par. De alguna u otra manera para un lector perseguir e introducirse en el universo de una novela y por ende de los personajes y del mismo autor no es nada excepcional. Es más, es lo propio de un lector “comprometido”: que busca profundizar su lectura y relecturas.
Desde la hondonada 1 (Peisa, 2024) es el libro menos bryceano de todos pero es el más revelador por una simple razón: no hay ficción o esta es casi nula por tratarse de una correspondencia que da cuenta de la vida de Bryce Echenique a lo largo de más de tres décadas con algunos espacios prolongados conforme van pasando los años, eso sí. Esta publicación dista de la trilogía de Antimemorias puesto que aquí el trabajo del escritor no se plasma en capítulo tras capítulo como lo consta esta correspondencia.
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